Editorial de Jorge Agüero
¿Hay alguien que siempre llega tarde a las reuniones? Puede que esa persona seas tú. Sin embargo, si hay alguien que siempre llega a tiempo. Usted sabe a quién me refiero. Pero cuando se trata del tiempo de Dios, muchos sacan la conclusión equivocada. Las dificultades personales o las calamidades y el sufrimiento pueden hacer que uno cuestione su plan bueno y perfecto. Algunos han perdido la confianza en la promesa de Jesús de su segunda venida, porque, en su opinión, llega tarde. Segunda de Pedro 3:9 nos da una idea de este aparente retraso: